lunes, 17 de marzo de 2014



ABRAHAM 

Y LAS PROMESAS DE DIOS 



Las promesas de Dios son fieles y de bendición para sus hijos, debemos creerlas, recibirlas y además las podemos heredar por la fe y la paciencia; pero:   ¿Qué es promesa o qué entendemos por promesa?
             Los hijos de Dios entendemos por promesa a cuatro formalidades expresivas de cómo nuestro Padre Dios nos expresa Su voluntad que, estimo que constan de dos partes muy importantes que dicen estrecha relación entre sí; una formalidad verbal y otra escrita, entonces veamos la formalidad verbal:       
             1º Esta formalidad la hace, directamente, por sí mismo a través de la expresión verbalizada de Su voluntad
             2º Esta expresión verbalizada de Su voluntad la hace a través de diferentes manifestaciones: Sueños proféticos, visiones de noche y revelaciones
             3º Nos habla de manera audible, por medio de sus siervos, los profetas.
             4º Por la expresión verbal de Su voluntad que ordenó escribirla y pasó a ser palabra escrita de Su voluntad: Esta expresión está escrita en los Rollos de las Sagradas Escrituras que escribieron los santos hombres de Dios que personalmente oyeron y recibieron la orden de Jehová, su Dios, para escribir o dictarle a un amanuense todo lo oído o lo inspirado; pero otros fueron inspirados por el Espíritu Santo para escribir y a todo esto se le denominó: Antiguo Testamento por el hecho de haberse escrito antes que el Verbo de Dios fuese hecho carne y se le preparase cuerpo donde físicamente nació el Señor Jesucristo y lo posteriormente escrito también fue por inspiración del Espíritu Santo a lo cual se le denominó: Nuevo Testamento cuyo último autor fue Juan el Teólogo que se sitúa entre los años 70 a 95 después de Cristo. Muchos años después se canonizaron ambos testamentos donde cada libro se subdividió en capítulos y los capítulos se subdividieron en partes mas pequeñas a las cuales se le denominó versículos y a todo esto se le dio el nombre de Santa Biblia que contiene muchísimas promesas que, generalmente, constan de dos o más partes que son muy importantes, por lo cual, solo veamos algunas a modo de ejemplo donde:
             La primera parte, es ejecutiva y contiene un gran mandato que hay que obedecer y que sólo cesa al término de la vida Ej. Sé fiel hasta la muerte.
             Y la segunda parte tiene dos instancias muy grandes, entonces veamos en qué consisten ambas:
             La primera instancia declara una Dádiva Absoluta: Yo te daré.
             La segunda instancia identifica, muy claramente, dos cosas: a) el nombre que identifica a la dádiva: Corona y b) Define la bendición de la dádiva: de la vida. Esta es la bendición justa y propia que Nuestro Padre Celestial nos otorga por el hecho de haber obedecido irrestrictamente a la ejecutoriedad del mandato de: Sé fiel hasta la muerte y la justa paga que corresponde por la buena disposición de la voluntad de haber cumplido con la petición divina. Veamos otro ejemplo:
             Primera parte: Una gran invitación específicamente general: Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados
             Segunda parte: Promete dar descanso a todos los que vengan a Él: Que yo os haré descansar. Veamos otro Ej.
             Primera parte una llamada de atención con una indicación precisa: “Paraos en los caminos y preguntad por las sendas antiguas cuál sea el buen camino, y andad por él”
             Segunda parte: Asegura gran bendición para cada cual que haya atendido y andado, conforme a la voluntad de Dios, por el buen camino: “Y hallaréis descanso para vuestra alma”
             Es decir, a través de sus promesas siempre nos ha dicho, dice y seguirá diciéndonos que nos dará algo o que a través de nosotros hará algo, es decir, a través de la promesa nos expresa Su voluntad donde Él nos muestra su gran complacencia en donde, en primer lugar, nos da perdón, salvación y vida eterna; luego Su Espíritu Santo, nos da dones de servicio para servir en tres áreas: espiritual, fraternal y materialmente en su obra; luego vienen las bendiciones que son las añadiduras de bienestar social que nos ubica en un estado de gran honra: salud, educación, trabajo, vivienda, esposa, hijos y bienes materiales, etc., etc., Todas estas bendiciones las recibimos a través de sus promesas. Estas bendiciones Él las da a su debido tiempo. Este tiempo pueden ser muy cercano o relativamente lejano o muy lejano, es decir, las promesas son la fuente Divina de donde fluye la diversidad y la multiplicidad de las bendiciones que, se desbordan en consolaciones siempre nuevas para nosotros ; pero hay promesas que son condicionales y para recibirlas es fundamental y necesario que las creamos, obedezcamos y esperemos con paciencia y fe porque a través de esta conducta le manifestaremos nuestro humilde, sincero y muy apreciado agradecimiento al Señor.
             Entonces leamos: ¿Qué escribió el apóstol Pedro tocante a las promesas?
   2ª P 1: 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia.
Entonces el mandato básico es: 2ª Co 6:17 Por lo cual; Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré,
             6:18 Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.
             7:1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios
             1ª Juan 3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él se purifica a si mismo, así como él es puro.
             Entonces tenemos que las promesas de nuestro Padre Dios en cuanto a naturaleza y valor son preciosas y en cuánto a extensión son grandísimas, ahora bien para recibir las promesas hay una metodología que ha sido divinamente establecida, por consiguiente, veamos algunos ejemplos.
             Gá 3:14 por la fe recibiésemos la promesa del espíritu
             3:22 Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes.
             3:29 linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
             He 6:12 aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas…
             10:36…. hecho la voluntad de Dios obtengáis la promesa.
             2ª P 3:13 esperamos, según sus promesas, cielos nuevos...
             1ª Jn 2:25 Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
             Pero ¿Qué ocurre cuando los años pasan y, según nosotros, la promesa no se cumple o tarda demasiado?
             Hch 7:17 se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto.
             Ahora bien, sí previamente nos basamos en este versículo bíblico se nos hará mucho mas fácil entender y comprender que el Señor a sus promesas le tiene asignado un tiempo, al que he denominado “el debido tiempo de su sola potestad” donde el Señor cumplirá fielmente la promesa. Este cumplimiento fiel no solo está supeditado a la vida física sino que tiene extensiones para su descendencia familiar donde puedo atribuirle períodos de tiempo a los cuales clasifico y me atrevo a explicitarlos de la siguiente manera:
             1º Promesas  muy cercanas. Estas promesas tienen su cumplimiento en un tiempo relativamente muy próximo que puede mediar desde un momento hasta un año.
             2º Promesas cercanas: Desde un año a diez.
             3º Promesas relativamente lejanas: Superior a diez años y menor a una generación
             4º Promesas lejanas. Estas promesas están dentro del rango de una a la cuarta  generación.
             5º Promesas muy lejanas: Desde la quinta  generación en delante; pero a        estas promesas las podemos sintetizar en dos grandes grupos.
             1º Las promesas premileniales, éstas abarcan desde las muy cercanas hasta las lejanas con un tope de 24 generaciones, considerando cada generación de 40 años.
             2º Las promesas mileniales y pos mileniales desde 25 generaciones en delante
             Ahora bien el problema que, generalmente, se nos presenta radica en las que, según nosotros, pasan a ser relativamente lejanas, y es ahí donde  gran parte de la cristiandad, del día de hoy, nos impacientamos a través del tiempo y los cristianos, muy atrevidamente, con esta conducta figuradamente es como hacer un verdadero atentado apóstata contra las promesas del Señor. Entonces, es el mejor momento para que reflexionemos, y a la vez, nos preguntemos muy sinceramente.