RHEMA PENTECOSTAL UTDRWH
jueves, 3 de diciembre de 2015
lunes, 17 de marzo de 2014
ABRAHAM
Y LAS PROMESAS DE DIOS
Las promesas de Dios son fieles y de
bendición para sus hijos, debemos creerlas, recibirlas y además las podemos
heredar por la fe y la paciencia; pero: ¿Qué
es promesa o qué entendemos por promesa?
Los
hijos de Dios entendemos por promesa a cuatro formalidades expresivas de cómo
nuestro Padre Dios nos expresa Su voluntad que, estimo que constan de dos
partes muy importantes que dicen estrecha relación entre sí; una formalidad
verbal y otra escrita, entonces veamos la formalidad verbal:
1º
Esta formalidad la hace, directamente, por sí mismo a través de la expresión verbalizada
de Su voluntad
2º
Esta expresión verbalizada de Su voluntad la hace a través de diferentes
manifestaciones: Sueños proféticos, visiones de noche y revelaciones
3º
Nos habla de manera audible, por medio de sus siervos, los profetas.
4º
Por la expresión verbal de Su voluntad que ordenó escribirla y pasó a ser
palabra escrita de Su voluntad: Esta expresión está escrita en los Rollos de
las Sagradas Escrituras que escribieron los santos hombres de Dios que
personalmente oyeron y recibieron la orden de Jehová, su Dios, para escribir o
dictarle a un amanuense todo lo oído o lo inspirado; pero otros fueron
inspirados por el Espíritu Santo para escribir y a todo esto se le denominó: Antiguo
Testamento por el hecho de haberse escrito antes que el Verbo de Dios fuese
hecho carne y se le preparase cuerpo donde físicamente nació el Señor
Jesucristo y lo posteriormente escrito también fue por inspiración del Espíritu
Santo a lo cual se le denominó: Nuevo Testamento cuyo último autor fue Juan el Teólogo
que se sitúa entre los años 70 a 95 después de Cristo. Muchos años después se
canonizaron ambos testamentos donde cada libro se subdividió en capítulos y los
capítulos se subdividieron en partes mas pequeñas a las cuales se le denominó
versículos y a todo esto se le dio el nombre de Santa Biblia que contiene muchísimas
promesas que, generalmente, constan de dos o más partes que son muy
importantes, por lo cual, solo veamos algunas a modo de ejemplo donde:
La
primera parte, es ejecutiva y contiene un gran mandato que hay que obedecer y que
sólo cesa al término de la vida Ej. Sé fiel hasta la muerte.
Y
la segunda parte tiene dos instancias muy grandes, entonces veamos en qué
consisten ambas:
La
primera instancia declara una Dádiva Absoluta: Yo te daré.
La
segunda instancia identifica, muy claramente, dos cosas: a) el nombre que
identifica a la dádiva: Corona y b) Define la bendición de la dádiva: de la
vida. Esta es la bendición justa y propia que Nuestro Padre Celestial nos
otorga por el hecho de haber obedecido irrestrictamente a la ejecutoriedad del
mandato de: Sé fiel hasta la muerte y la justa paga que corresponde por la
buena disposición de la voluntad de haber cumplido con la petición divina. Veamos
otro ejemplo:
Primera
parte: Una gran invitación específicamente general: Venid a mi todos los que
estáis trabajados y cargados
Segunda
parte: Promete dar descanso a todos los que vengan a Él: Que yo os haré
descansar. Veamos otro Ej.
Primera
parte una llamada de atención con una indicación precisa: “Paraos en los
caminos y preguntad por las sendas antiguas cuál sea el buen camino, y andad
por él”
Segunda
parte: Asegura gran bendición para cada cual que haya atendido y andado,
conforme a la voluntad de Dios, por el buen camino: “Y hallaréis descanso para
vuestra alma”
Es
decir, a través de sus promesas siempre nos ha dicho, dice y seguirá
diciéndonos que nos dará algo o que a través de nosotros hará algo, es decir, a
través de la promesa nos expresa Su voluntad donde Él nos muestra su gran complacencia
en donde, en primer lugar, nos da perdón, salvación y vida eterna; luego Su
Espíritu Santo, nos da dones de servicio para servir en tres áreas: espiritual,
fraternal y materialmente en su obra; luego vienen las bendiciones que son las
añadiduras de bienestar social que nos ubica en un estado de gran honra: salud,
educación, trabajo, vivienda, esposa, hijos y bienes materiales, etc., etc.,
Todas estas bendiciones las recibimos a través de sus promesas. Estas
bendiciones Él las da a su debido tiempo. Este tiempo pueden ser muy cercano o
relativamente lejano o muy lejano, es decir, las promesas son la fuente Divina de
donde fluye la diversidad y la multiplicidad de las bendiciones que, se
desbordan en consolaciones siempre nuevas para nosotros ; pero hay promesas que
son condicionales y para recibirlas es fundamental y necesario que las creamos,
obedezcamos y esperemos con paciencia y fe porque a través de esta conducta le
manifestaremos nuestro humilde, sincero y muy apreciado agradecimiento al Señor.
Entonces
leamos: ¿Qué escribió el apóstol Pedro tocante a las promesas?
2ª P 1: 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas
promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza
divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la
concupiscencia.
Entonces el mandato básico es:
2ª Co 6:17 Por lo cual;
Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo;
y yo os recibiré,
6:18
Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el
Señor Todopoderoso.
7:1
Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de
Dios
1ª
Juan 3:3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él se purifica a si mismo,
así como él es puro.
Entonces
tenemos que las promesas de nuestro Padre Dios en cuanto a naturaleza y valor son
preciosas y en cuánto a extensión son grandísimas, ahora bien para recibir las
promesas hay una metodología que ha sido divinamente establecida, por
consiguiente, veamos algunos ejemplos.
Gá
3:14 por la fe recibiésemos
la promesa del espíritu
3:22 Mas la Escritura lo encerró todo
bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a
los creyentes.
3:29 linaje de Abraham sois, y
herederos según la promesa.
He
6:12 aquellos que por la fe
y la paciencia heredan las promesas…
10:36….
hecho la voluntad de Dios obtengáis la promesa.
2ª
P 3:13 esperamos, según sus
promesas, cielos nuevos...
1ª
Jn 2:25 Y esta es la
promesa que él nos hizo, la vida eterna.
Pero
¿Qué ocurre cuando los años pasan y, según nosotros, la promesa no se cumple o
tarda demasiado?
Hch
7:17 se acercaba el tiempo
de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se
multiplicó en Egipto.
Ahora
bien, sí previamente nos basamos en este versículo bíblico se nos hará mucho
mas fácil entender y comprender que el Señor a sus promesas le tiene asignado
un tiempo, al que he denominado “el debido tiempo de su sola potestad” donde el
Señor cumplirá fielmente la promesa. Este cumplimiento fiel no solo está
supeditado a la vida física sino que tiene extensiones para su descendencia
familiar donde puedo atribuirle períodos de tiempo a los cuales clasifico y me
atrevo a explicitarlos de la siguiente manera:
1º
Promesas muy cercanas. Estas promesas
tienen su cumplimiento en un tiempo relativamente muy próximo que puede mediar
desde un momento hasta un año.
2º
Promesas cercanas: Desde un año a diez.
3º
Promesas relativamente lejanas: Superior a diez años y menor a una generación
4º
Promesas lejanas. Estas promesas están dentro del rango de una a la cuarta generación.
5º
Promesas muy lejanas: Desde la quinta generación
en delante; pero a estas promesas
las podemos sintetizar en dos grandes grupos.
1º
Las promesas premileniales, éstas abarcan desde las muy cercanas hasta las
lejanas con un tope de 24 generaciones, considerando cada generación de 40 años.
2º
Las promesas mileniales y pos mileniales desde 25 generaciones en delante
Ahora
bien el problema que, generalmente, se nos presenta radica en las que, según
nosotros, pasan a ser relativamente lejanas, y es ahí donde gran parte de la cristiandad, del día de hoy,
nos impacientamos a través del tiempo y los cristianos, muy atrevidamente, con
esta conducta figuradamente es como hacer un verdadero atentado apóstata contra
las promesas del Señor. Entonces, es el mejor momento para que reflexionemos, y
a la vez, nos preguntemos muy sinceramente.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)